Los cuerpos de Judith Machaca Cauna (20) y Nohemí Escobar Layme (14) fueron hallados a inicios de 2021 en un pozo de 90 metros de profundidad ubicado en La Yarada-Los Palos. La búsqueda de la joven inició en noviembre de 2020 y terminó sin imaginar que durante las diligencias sería encontrado el cadáver de la menor, también en condición de desaparecida.
A un año de lo ocurrido, el pozo de la muerte fue escenario de una paraliturgia por el descanso eterno de las víctimas. Los padres de Judith y el progenitor de Nohemí colocaron arreglos florales en pequeñas capillas levantadas en la zona como un recordatorio perpetuo de un crimen – según los deudos- aún sin resolver.
Si bien es cierto, que en la cárcel de varones de Tacna se encuentra el expolicía Santiago Paco Mamani como confeso asesino, los padres de Judith no creen que él sea el único implicado en el caso ya que desde la clandestinidad él reveló nombres de otros agentes como integrantes de una presunta red de trata de mujeres que habría captado a Judith y Nohemí.
«Siempre vamos a recordar a nuestra hija, siempre la tenemos presente en nuestro corazón. Una joven que tenía muchos sueños y proyectos, pero lamentablemente le han truncado su vida, su carrera y eso es muy doloroso, pero nos da mucha fuerza para encontrar justicia y que los responsables cumplan sentencia», dijo Gabino Machaca, padre de la joven estudiante.
Hasta el lugar también llegaron colectivos, uno de ellos la Multisectorial de Mujeres integrado por la psicóloga Fedra Rodríguez, quien afirmó que la lucha continúa con el objetivo de que la totalidad de implicados estén en la cárcel. Siendo así, aseguró apoyo incondicional para los dolientes.
«La muerte de Judith y Nohemí no va a quedar impune, seguiremos luchando»