La Asociación Pro Derechos Humanos (APRODEH) condena la muerte de cuatro campesinos ocurrida entre el 18 y 19 de febrero durante un Paro Nacional Agrario motivado por la situación de extrema pobreza que viven los campesinos peruanos, afectados por problemas ambientales, falta de carreteras, maniobras de intermediarios y elevados precios de los insumos agrícolas. Es lamentable que mientras que en otros países, el Gobierno invierte especialmente en las zonas rurales, en el Perú se mantiene la indiferencia en las condiciones de vida de estas regiones.
APRODEH considera que las legítimas demandas de los campesinos no justifican las acciones de violencia contra la propiedad pública o privada, ni arrojar piedras a los ómnibus interprovinciales que pongan en peligro la vida de los pasajeros. Sin embargo, habría que investigar qué grupos de delincuentes pudieron haberse infiltrado en estos lamentables hechos.
Los actos de violencia no justifican que la Policía Nacional haya disparado a los cuerpos de los manifestantes porque existen otros mecanismos para disolver las manifestaciones, por lo que APRODEH exhorta al Ministerio Público a investigar estas muertes, para aclarar en qué circunstancias ocurrieron y de constituir un abuso policial, los responsables deberían ser procesados y sancionados.
APRODEH recuerda a la opinión pública que desde el inicio del gobierno de Alan García, debido al uso excesivo de la fuerza por parte de los agentes del orden, han fallecido los trabajadores: Cirilo Tuero (5 de diciembre de 2006); Julio Raymundo y Óscar Fernández (15 de junio de 2007); los campesinos Marvin Gonzales (11 de abril de 2007) y Julián Altamirano (15 de julio del 2007); el empresario Guillermo Li (6 de abril de 2007), los niños Imel Huayta (22 de abril de 2007) y John Acosta Meneses (10 de enero de 2008); el adolescente Jonathan Condori (30 de agosto de 2006) y los profesores Sergio Alanoca (19 de julio de 2007) y Octavio Aquino (19 de marzo de 2007). Se tienen además informes sobre otros casos, como el campesino Isidro Llanos y la profesora Herminia Herrera.