Las escrituras sagradas dicen: “si vas a orar y te acuerdas que tu hermano tiene algo contra ti, deja tu oración en suspenso mientras vas a contentar a tu hermano”.
Eso no significa que debes ir y dar un abrazo a tu enemigo o a la persona con la que estás teniendo discordia, si no que la visualices con tu imaginación y le digas a su imagen mental con todo tu corazón: “deseo amarte, quiero amarte, quiero quererte, ayúdame a quererte”.
Este pedido que acabas de hacer actúa de inmediato, el pensamiento le llega en 3 segundos (todos estamos interconectados en el campo del pensamiento), vas a comprobar de inmediato como comienza a eliminarse la amargura y el desagrado entre ambos.
Como todo en la creación llega a través del enfoque de atención, el enfoque sostenido para crear una situación de paz por tu lado, siembra la frecuencia perfecta para la armonía, así contribuyes a través de la oración y la visualización al famoso “Amaos los unos a los otros”.
Lo hiciste desde la oración y visualización en total confianza a tu Padre que está en secreto.
¡Hecho está!
