Las calles de Londres se tiñeron este sábado de rojo, blanco y azul, los colores de la bandera británica, para la coronación del rey Carlos III, y miles de personas abarrotaron desde bien temprano los alrededores del Palacio de Buckingham.
Los ciudadanos del Reino Unido vivieron un momento histórico tras el fallecimiento de la reina Isabel II el pasado 8 de septiembre del 2022, Carlos III y Camila fueron finalmente oficializados como rey y reina consorte este 6 de mayo. De hecho, el evento fue por primera vez transmitido a nivel mundial.
El rey Carlos III se arrodilló ante el altar y ofreció una oración. “Dios de compasión y misericordia, cuyo hijo no fue enviado para ser servido, sino para servir, dame la gracia de que pueda encontrar en tu servicio la perfecta libertad, y en esa libertad el conocimiento de tu verdad”, manifestó.
“Haz que pueda ser una bendición para todos tus hijos, de toda fe y creencia, para que juntos podamos descubrir los caminos de la mansedumbre y ser conducidos por los senderos de la paz; a través de Jesucristo, nuestro Señor. Amén”, agregó.
Las festividades relacionadas al evento se extenderán hasta el lunes 8 de mayo, que fue declarado feriado en el Reino Unido.
Gasto insulso
Mientras muchos seguidores de la realeza se agolpan en las calles de Londres y millones más siguen la coronación en casa, algunos británicos se cuestionan gastar dinero en un acontecimiento tan opulento, ya que la crisis del coste de la vida sigue azotando al país.
Una inflación persistentemente alta, años de estancamiento salarial, y la repentina y pronunciada subida de los precios de la energía han dejado a millones de británicos al borde de la pobreza. Sin embargo, al mismo tiempo, el Gobierno del Reino Unido dispuso gastar decenas de millones del dinero de los contribuyentes en un ostentoso acto de celebración de un hombre muy, muy rico: el rey Carlos III.
El medio CNN recabó testimonio de malestar por el gasto en Carlos III, para ello visitó Doncaster, que, como muchas zonas del norte de Inglaterra, nunca se ha recuperado del declive industrial y el cierre de minas de los años ochenta y noventa. La región, que ya tenía dificultades, se vio duramente afectada por la grave crisis del coste de la vida que afecta ahora a todo el Reino Unido.
Una residente, Laura Billington, profesora en un colegio de la ciudad, declaró a CNN: «Soy un poco monárquica y me gusta la familia real. Pero creo que no han sabido leer la situación. Gran parte del dinero debería haber salido de su propio bolsillo y no del contribuyente. Y creo que debería haberse moderado un poco«.
El Gobierno se ha negado a dar una cifra sobre el coste de la coronación, y las estimaciones de los medios de comunicación británicos oscilan entre 50 y más de 100 millones de libras (US$ 63 y US$ 125 millones).
En todo el país, mientras tanto, los salarios reales, incluidas las primas, cayeron un 3% en los tres meses anteriores a febrero, según la Oficina de Estadísticas Nacionales. Se trata de una de las mayores caídas desde que se iniciaron los registros en 2001.
Es un contraste que no ha pasado desapercibido para estos británicos.
