A Susan Boyle le faltó oxígeno durante su nacimiento y como secuela le quedaron una serie de dificultades en el aprendizaje. Por ello, en el colegio los otros niños se burlaban de ella, llegando a hacerle la vida muy difícil y a dejarle unos recuerdos que aún hoy siguen vivos.
Ahora quiere dar a conocer su vida mediante su libro, en un intento de hacer ver a los demás lo rápido que están dispuestos a criticar a alguien sin darle antes una oportunidad. "Si mi historia significa algo, es que la gente juzga demasiado rápido a los demás por el aspecto que tienen o por sus peculiaridades", sostiene.
La cantante asegura que, a raíz de aquellos abusos, el único momento en que se encuentra bien es cuando canta. Gracias a su dedicación a la música ha podido superar sus recuerdos de aquellos años y hacerse valer más allá de ser considerada la "rara" o la "idiota", precisa Europa Press.
"Cuando se han burlado de ti, te han dicho que te calles, que dejes de ser idiota, hay un ruido constantemente sonando en tu cabeza", explica Susan en su libro The woman I was born to be (La mujer que nací para ser).
La cantante revela que el peor episodio de bullying que sufrió fue una tarde que un grupo de niños empezó a seguirla y la tiraron al suelo sobre una mata de ortigas, para después apagarle un cigarrillo en la ropa.
"Lo único para lo que yo servía era para apagar un cigarrillo. No era de utilidad para nadie", reconoce la cantante de I dreamed a dream.
Pero Susan encontró un remedio eficaz para su continuo malestar: la música. "Cuando cantaba todo era paz. Me daba una nueva identidad. Cantar acallaba a los acosadores, pero mejor aún, silenciaba mis demonios internos", afirma.
Mientras tanto, reconoce que por fin se encuentra feliz y mucho más segura de sí misma, aunque a veces se sienta un poco inestable.
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