¿Qué persigue Pedro Castillo? ¿Cuáles son los propósitos del ideólogo del partido Perú Libre, Vladimir Cerrón? Lo que siempre ha pretendido conquistar el marxismo: “la abolición de la propiedad privada de los medios de producción” y que “el Estado regule cada actividad humana”.
Los potenciales votantes de Castillo, llenos de sanas intenciones pero sin conocer la sutil estrategia del socialismo marxista, están por grabar en la piedra de los países socialistas, el sagrado nombre de nuestra Patria. El pueblo peruano no ignora el fatal desenlace del “Socialismo del siglo XXI”. Lo conocemos perfectamente bien.
Primero vendrá la prosperidad económica y una falsa ilusión de crecimiento por medio del Estado Omnipotente. La estatización de los recursos naturales y expropiaciones continuas en sectores estratégicos nos dará una ficticia sensación de ser verdaderamente soberanos. La exaltación del pueblo y la indescriptible euforia de haber logrado el autoabastecimiento, será el discurso que pretenderá convencer a nuestra inteligencia, que la mirada estatista del socialismo es signo inequívoco de progreso.
Pero luego de unos años, se manifestará la intolerancia, la destrucción de la economía popular, el debilitamiento de nuestra amada democracia, el espanto y huida de inversionistas privados, leyes tributarias excesivas y una oferta laboral dinamitada. Veremos el injusto ensanchamiento de las brechas sociales, la pobreza generalizada, el hambre y la inevitable “diáspora peruana”.
¡La utopía socialista de querer instaurar el paraíso terrenal es un proyecto irrealizable! Tenemos, aunque nos pese, dos caminos: “conservar el imperfecto, mediocre y opaco modelo económico, además de soportar durante un periodo presidencial la degradación institucional, la incapacidad gubernamental; y perder de manera transitoria nuestra dignidad nacional o ver la gradual e irreversible destrucción del Perú”. Dos senderos: ¡Civilización o Barbarie!