En los últimos meses han venido sucediendo una serie de actos o situaciones políticas que no se pueden pasar por alto, al parecer la población que se indignó en algún momento por temas de coyuntura nacional, que lesionaban no solo derechos fundamentales sino que también trastocaban el equilibrio de poderes, se cansó o ya nada le importa el desarrollo, desenvolvimiento y manejo de nuestro país, o al menos eso parece.
Esto se refleja en las actuaciones del ejecutivo, tenemos una presidenta que, al parecer ya dejo el discurso conciliador para darle paso al amenazador, quien sin polo y con el pecho erguido no tiene ningún reparo en retar y desafiar a la gente que protesta, y en algunos casos a cierta clase política, en su afán desesperado de ratificar que no es ninguna ASESINA. Pero ¿Será asesina realmente la señora Boluarte? Analicemos un poco.
El presidente de la República es el responsable político, civil, militar y demás, de todas las actuaciones que hacen, generan o perpetran los funcionarios que están bajo el manto del Gobierno. Esto quiere decir que, cualquier actuación valida o anómala repercute directamente en la cabeza principal. A nadie le puede caber en la “mitra” que un grupo de policías o un grupo de militares tomen decisiones UNILATERALES sin darle cuenta a nadie. No olvidemos que el gobierno es un engranaje que tiene como principal piñón de responsabilidad al ejecutivo, entonces, alguien dio la orden de repeler contra todo y todos a fin de poder, según ellos, restablecer el orden social.
No creo que la señora Dina tenga ese coraje, espero no equivocarme, y esto porque hay una persona detrás de ella que la sostiene, desde el punto de vista político en lo que respecta a la toma de decisiones. Ese es nada más y nada menos el SEÑOR OTAROLA, cuyo mejor performance fue y es el de defender a la señora BOLUARTE en sus distintos procesos judiciales, y hoy, en los pasillos de palacio.
Este personaje se siente como un pez en el agua mansa, porque es él quien maneja, ordena y “presiona” a la señora, a fin de que las cosas se hagan conforme él lo establece. Pero no solo eso, el hombre fuerte también es el nexo entre el ejecutivo y el Congreso de la república, es él quien planea, no solo como tiene que actuar el ejecutivo con respecto al legislativo, sino que además se encarga de todos aquellos arreglos a fin de mantener en el cargo a la señora, a los miembros del Congreso y a él. Más adelante hablaremos de estos “apretadores” que solo piensan en su beneficio y abusan de las facultades que les da la Constitución Política del Estado Peruano.
Sigamos con la pareja maravilla, Otárola es quien realmente sostiene los temas políticos, bastó ser testigos del cambio de la ministra de educación para darnos cuenta que se hace lo que él dice, o de lo contrario ruedan las cabezas al mejor estilo del juego de bochas. Tanto es el ansiado control, solo para mantenerse el tiempo “legal de poder”, que no importan los derechos humanos, no importan los muertos que son responsabilidad de su gobierno, no importan las protestas de madres que aún siguen llorando la partida de sus seres queridos. Aquí lo que importa es que la aplanadora no pare, porque el poder es lo mejor que les ha podido suceder al DÚO DE LA MUERTE, y este hay que mantenerlo cueste lo que cueste.
La cereza de la torta, para completar ese trío, que muchos peruanos quisiéramos que sean “los pachos” pero no, falta conocer al tercer integrante, que es el más nefasto, el más dañino y el más podrido. Resulta que ahora ya nadie se va, y como no se van, actúan en contra de las organizaciones e instituciones nacionales, como la JNJ, a fin de tomar control de algo muy importante, y estos son los jueces y fiscales.
Ayer escuchaba a una ORATE congresista que decía lo siguiente: “Hay que extirpar a esos miembros de la JNJ aplicando la Constitución para que asuman los accesitarios”. ¿Qué cosa? Nos estamos acostumbrando a gobernar y que nuestro país camine con “segundones”, eso no puede ser. Un CONGRESO DESLEGITIMADO, cuyo porcentaje de desaprobación no merece ser repetido, no puede imponer sus FACULTADES CONSTITUCIONALES para llevar adelante el cumplimiento de apetitos personales o partidarios y manejar el país de la peor manera. Sin embargo, aquí hay un culpable que pocos o nadie conoce, y este es el mismo pueblo, quien haciendo gala de su ignorancia, elige congresistas más ignorantes que la propia ignorancia para después querer de alguna manera reclamar desde su ventana, que se cierre el congreso.
Esto no es así, somos un país de “cojudos” (bobos o tontos), que solo reclamamos por Facebook o por WhatsApp, pero no tenemos el coraje suficiente para extirpar a ese tridente que solo desea mantenerse en el poder, y mientras tanto, vulnerar derechos, romper el equilibrio de poderes, y lo que es peor, PISOTEAR A LA CONSTITUCIÓN POLITICA DEL ESTADO PERUANO, carta madre del estado de derecho. Esto va continuar mientras sigamos mirando por la ventana, no nos quejemos si permanecemos siendo parte de este maleficio del que no queremos salir por falta de “testes”.
Dejo en claro que esta es una opinión como ciudadano, respeto y respetaré las opiniones sobre temas políticos de los demás, porque creo en la democracia y en la dignidad de la persona humana.
¡AGUANTA PERU!
